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El reto actual de la cooperación al desarrollo es la desigualdad

DEIA.- Dos expertos exponen hoy en Bilbao las nuevas tendencias en la ayuda internacional

Bilbao - Cambiar las prioridades de la cooperación internacional, agilizar las estructuras de las organizaciones y entidades que trabajan en ella y reducir la distancia entre quienes piensan y diseñan las políticas de colaboración y los que las aplican son algunas de las tareas urgentes enumeradas por Enrique Ganuza y Francesco Bicciato, dos expertos con amplia experiencia en cooperación al desarrollo que coinciden en que acabar con la desigualdad económica y social dentro de países que están en crecimiento es el reto más acuciante y, quizás, menos contemplado en los proyectos actuales.

Francesco Bicciato, responsable de la iniciativa ART del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y Enrique Ganuza, consultor internacional, participan hoy en un seminario sobre Las nuevas tendencias en cooperación, organizado por Sabino Arana Fundazioa en colaboración con la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo. El análisis que estos profesionales hacen de las nuevas realidades a las que deben dar respuesta los cooperantes incide en el tema de la desigualdad. Ambos consideran importante cambiar “el paradigma de la cooperación” y abandonar el modelo vigente en los años 80 y 90.

“La cooperación internacional -señala Enrique Ganuza- no ha priorizado la lucha contra la desigualdad. En los últimos 20 o 30 años el objetivo era crecer, ayudar a los países pobres a crecer gracias a la industria, las materias primas, las exportaciones... después se puso la atención en los sectores sociales, pero la cuestión de la desigualdad no ha estado en el centro de los planteamientos de la cooperación. Y no hay que olvidar que ahora el 65% de la población pobre vive en países con ingresos medios y que las desigualdades están creciendo” .

Reformas Francesco Bicciato apunta que los últimos informes sobre vulnerabilidad indican que en muchos países emergentes -“que ya no son solo los BRIC sino unos 25 países de varios continentes, como Ghana o Turquía”- no se está dando una relación directa entre el crecimiento del PIB y la reducción de la pobreza en grandes colectivos sociales. “No hay una redistribución de la riqueza -señala Bicciato- y se genera una desigualdad que tiene que ver con la calidad del empleo y otras cuestiones. Esta situación obliga a reformar la cooperación, porque es necesario hacer análisis antes de intervenir, reflexionar mucho antes de poner dinero y contar con herramientas innovadoras”. “La gente que no tiene acceso a la educación, a la sanidad, a la democracia participativa está creciendo -indica el experto italiano-, por eso a veces es mucho más importante trabajar en las cuestiones del bienestar o de los derechos humanos, en la protección de la parte más vulnerable de la sociedad que en las grandes infraestructuras. Creo que esta es una línea interesante que la cooperación internacional debe seguir”.

Enrique Ganuza, que conoce muy bien la política de cooperación de los países escandinavos -“muy importante desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo”-, reconoce el cambio producido en los programas y destino de una ayuda internacional que cumple el objetivo del 0,7% del PIB y explica que ahora las cuestiones relacionadas con la inmigración y la llegada de solicitantes de asilo están teniendo mucha incidencia en la distribución presupuestaria. Ante la queja planteada por Ganuza de que los países del norte de Europa que pertenecen a la UE “tienen poca influencia en los organismos europeos que marcan la política de cooperación”, Francesco Bicciato argumenta que la UE maneja un presupuesto importantísimo, pero también ha creado “una enorme máquina burocrática” que ralentiza y aleja los programas de sus últimos destinatarios.

Enrique Ganuza señala que la respuesta a “una creciente demanda de ayuda relacionada con crisis puntuales”, como guerras, terremotos o epidemias, y que ocasionan grandes flujos migratorios; así como la necesidad de “hacer frente a las consecuencias del cambio climático” son otros retos importantes que la cooperación internacional debe abordar con urgencia y nuevas fórmulas.

cooperación descentralizada En el tema de las nuevas formas de llevar a cabo la cooperación, Francesco Bicciato incluye el concepto de descentralización. “La cooperación territorial, la cooperación descentralizada, es interesante. Sobre todo en los países del sur de Europa, en particular España e Italia, que han registrado una rebaja impresionante del volumen de su ayuda al desarrollo. Frente a esta rebaja de la ayuda pública de los gobiernos hay un crecimiento de la cooperación descentralizada, aquella que llevan a cabo comunidades, municipios, actores del sector privado, las ONG, etc., que aunque en términos financieros no se pueden comparar con la cooperación multilateral o bilateral, en términos de intercambio de experiencia y oportunidades tiene un papel muy relevante”, destaca Bicciato. Añade que “el País Vasco, en particular, es un punto de referencia y no solo la comunidad autónoma, sino también el ayuntamiento de Bilbao. Son actores muy activos que, a pesar de la falta de presupuesto, tienen una relación de socios con muchas comunidades del sur”.

Tras destacar los numerosos valores de la cooperación territorializada, Francesco Bicciato explica que conoce bien la labor de los entes locales porque antes de trabajar para organismos como Naciones Unidas y la Unión Europea fue vicealcalde de su ciudad -Padua- y descubrió que “los responsables municipales tienen un lenguaje común: aquí hay un problema y debemos arreglarlo”.

En cuanto a las nuevas formas de contribuir al desarrollo de los países más desfavorecidos, el responsable de la iniciativa ART pone el ejemplo de América Latina. “Tenemos países emergentes, como Ecuador o Colombia, que en este momento no necesitan una relación de asistencialismo, sino que pueden plantear relaciones win/win, es decir, que una empresa vasca puede relacionarse con otra uruguaya y las dos pueden obtener beneficios. Hay países muy interesantes para mantener una relación paritaria en la que la cooperación consiste en proporcionar conocimientos y experiencia”.

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